General Carlos de Meira Mattos: el soldado geopolítico.*

El general Carlos de Meira Mattos nació en São Paulo el 23 de julio de 1913. En 1936, empenzó en el ejército como cadete, en la Escuela Militar de Realengo (Río de Janeiro/RJ). Durante la Segunda Guerra Mundial (II GM), en la posición de Capitán, luchó contra las tropas alemanas e italianas en los campos de Italia, integrando la Fuerza Expedicionaria Brasileña (FEB). Su audaz actuación en el logro principal de ese frente –la toma de posesión de Monte Castelo– le valió la Cruz de Combate de Segunda Clase del Ejército Brasileño y la Medalla de la Estrella de Bronce del Ejército de los Estados Unidos.

A su regreso a Brasil, se graduó en la Escola de Comando e Estado-Maior do Exército (ECEME) y en la Escola Superior de Guerra (ESG). En 1965, en el puesto de Coronel, comandó el Destacamento Brasileño (FAIBRAS) de la Fuerza Interamericana de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en la República Dominicana.

Ascendió al generalato en 1968 y en 1969 fue nombrado comandante de la Academia Militar das Agulhas Negras (AMAN). Después de este comando, gracias a su amplia experiencia en el área de educación, coordinó la comisión que desarrolló las directrices para la reforma universitaria en Brasil. Ya General de División, en 1973, fue nombrado Jefe Adjunto del antigo Estado Maior das Forças Armadas (EMFA) y luego, en 1975, Director Adjunto del Colegio Interamericano de Defensa. Dejó el servicio activo en 1977, a la edad de 64 años, después de 44 años de servicios competentes.

Una vez en la reserva, puede dedicarse por completo a su segunda pasión –la primera fue el Ejército– producción literaria direccionada a la geopolítica y estrategia militar. Doctor en Ciencia Política por la Universidad Mackenzie (São Paulo/SP), nos dio un amplio trabajo en los campos de la Geopolítica y la Estrategia Militar, responsable de la definición de los Objetivos Nacionales Permanentes (ONP) y de la aplicación del Poder Nacional, respectivamente.

En geopolítica, estudió, examinó y analizó como pocos la interacción entre geografía y política, con soluciones autóctonas para los problemas nacionales, todo con una visión para el futuro.
En la Estrategia Militar, contribuyó a la mejora y actualización de los conceptos estratégicos nacionales, con credibilidad garantizada por sus experiencias en combate y sus estudios en profundidad sobre el tema.

Pensamiento Geopolítico

Para muchos académicos fue la mayor autoridad en geopolítica en América del Sur, su línea de pensamiento se proponía como la continuación de las ideas expuestas por el entonces capitán Mário Travassos en la obra “Projeção Continental do Brasil” de 1931, considerada la génesis del pensamiento geopolítico brasileño. Sus estudios no permanecieron estacionados en la herencia recibida de Mário Travassos hasta que definieron sus propios conceptos en torno a una “geopolítica aplicada”, según la cual “las relaciones geográficas entendidas deben aplicarse en la política gubernamental”.

A continuación se mencionan los temas más destacados, entre los muchos que se dedicó, y que conforman su legado geopolítico dedicado a las generaciones futuras que prevén Brasil como una potencia:

- el tema complejo de la integración y defensa de la Amazonía bajo un enfoque geopolítico;
- potencialidades y desafíos que superar para que Brasil sea una “potencia en expansión”;
- capacidad brasileña para construir una “Civilización en los trópicos”.
- conocimiento real de las discrepancias entre los potenciales nacionales y el subdesarrollo;
- desarrollo de políticas y estrategias para abordar las vulnerabilidades mencionadas anteriormente;
- relevancia del histórico “cerco hispano” en el continente sudamericano;
- importancia estratégica del Atlántico Sur, aquí visto como “pulmón para el mundo exterior”; y
- reafirmación del concepto de que Brasil tiene todas las condiciones para convertirse en una potencia mundial.

El carácter prospectivo de su pensamiento geopolítico se hizo público a partir de 1960, cuando lanzó “Projeção Mundial do Brasil”, en el que confirió una mayor dimensión político-estratégica a los conceptos del libro de Mário Travassos mencionado anteriormente. En este trabajo, el General aborda temas actuales, tales como: el crecimiento económico diagnosticado por el aumento del Producto Interno Bruto (PIB), el aumento de la red viaria con prioridad para el anecúmene interior brasileño, la explotación de las riquezas inexploradas, la ampliación de la seguridad regional y la extensión de nuestro “perímetro de seguridad”.

A pesar de la amplia gama de temas con enfoques geopolíticos, ha expuesto en varios libros su preocupación central por la integración y la valorización de la Amazonía, pero fue en “Uma geopolítica pan-amazônica”, de 1980, que registró de manera precisa y profunda su atención con el tema.

En él, el autor enfatiza las tres direcciones históricas que definieron la ocupación de la región, establece la diferencia entre los términos “Amazonia” y “Pan-Amazonia” y se centra en esta última, ya que contempla la opción geopolítica de crear una región multinacional de los países que bordean la gran hiléia. Después de caracterizar la macro-area, identificó la dicotomía entre los formidables recursos naturales y la imposibilidad de explotarlos a escala comercial y utilizarlos en favor del Poder Nacional, por restringir los recursos humanos debido al ambiente inhóspito a la vida. Concluye con la secuencia de obstáculos que transforman la defensa de la Amazonía en una gran vulnerabilidad del Estado brasileño: sin ocupación no sirve de nada; la falta de uso no atrae la integración, y sin la integración las posibilidades de defensa se vuelven escasas.

En “Geopolítica e Trópicos” presenta una innovación sobre el tema controvertido de la capacidad de Brasil para construir una nación tropical, profundiza las teorías geopolíticas conocidas y establece la conexión entre el fortalecimiento del poder nacional y la capacidad del pueblo brasileño para superar los desafíos de su territorialidad (continentalidad). Esta capacidad dependerá del ascenso del país a la categoría de potencia del siglo XXI, una realidad aún desactualizada debido a las restricciones económicas experimentadas durante la década de 1980, pero que sigue siendo una de las ONP brasileñas, dado el esfuerzo nacional para lograr un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.

*Publicado originalmente en Revista PADECEME, n. 14, 1er trimestre de 2007. p. 4-6.